lunes, 12 de abril de 2010

teach me something...

Enséñame a usar el programa X, es una frase que tal vez muchos de los que utilizamos tecnología o intentamos innovar en nuestras aulas escuchamos de nuestros colegas o funcionarios de la institución. Aún a pesar de que ninguno o casi ninguno de nuestros colegas es enemigo declarado del uso de la tecnología en el salón de clases, especialmente nuestros directivos, la verdad es que todos ellos suelen ignorar el uso de la tecnología y mantienen cotidianamente en su trabajo los esquemas tradicionales docente-alumno, el docente como experto y único transmisor de conocimientos y el alumno como ignorante permanente, aprendiz de experto y receptor de la sabiduría del tutor ad-infinitum.
Un ejemplo de ello ocurre con el uso de software para conferencias por Internet. Es bien sabido el uso creciente de plataformas como Dimdim, Elluminate, Adobe Connect y otros más que tienen un uso creciente y aceptación para la comunicación más o menos masiva por Internet. Los famosos web-conferences o conferencias mediante la web tienen un fundamento particular: son conferencias punto a puntos, es decir, la idea subyacente de este tipo de comunicaciones es la individualidad, característica de nuestra era en la llamada época de la web 2.0
Algún directivo muy conocido en mi Universidad tiene la sensación de que una conferencia web se comportará (o eso espera) como lo que aprecian ellos siempre: conferencias de alta calidad y proyección para una gran audiencia en un auditorio o sala de asistentes. Las cámaras enfocando al auditorio por una parte y por otra al ponente en un estrado y de fondo las diapositivas o videos que maneja, a la manera de las conferencias TED ya conocidas en la red.
Pero la idea de las conferencias web es ni más ni menos que la comunicación individualizada vía Internet, solo ocasionalmente (si no hay mas remedio) se proyecta en alguna sala colectiva. La participación individualizada es el sello de nuestra época moderna, el símbolo de la democracia en Internet, todos generamos conocimiento y todos consumimos conocimiento y todos participamos individualmente en un diálogo universal, democrático y abierto.
Por eso, cuando el directivo presencia o participa en una charla de este tipo termina por decepcionarse, la calidad de la comunicación es insuficiente para proyectarla en un auditorio, el retardo de voz e imagen, las caídas debidas a la saturación de la conexión además de otros aspectos como el tener que saber utilizar con inteligencia estos recursos (pocas diapositivas, sencillas, evitar los videos, saber utilizar la voz, configurar la computadora, apagar y encender el micrófono para evitar el ruido, etc).
Nuestro directivo no entiende esto porque es uno de los ausentes en el gran diálogo de la Internet, no poseé la cultura digital y no tiene intención alguna de participar. Es por eso que al presenciar o escuchar que alguno de nosotros utiliza estos recursos, nuestro querido directivo lanza la consabida pregunta sin esperar respuesta, pues es algo que realmente hace para salir del paso: "cuando tengas tiempo me enseñas a utilizar el software".
Esta es una época para que todos seamos aprendices, no docentes-alumnos en el sentido clásico de la educación. Los educamp originarios de Colombia son una muestra del cómo es posible participar en comunidades presenciales-virtuales de aprendizaje colectivo.
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