Después acompañé a mis amigos a otro sitio muy extraño, con grafitis y varios puestos de objetos muy variados, un grupo de música enmedio de un estacionamiento lleno de autos y otras cosas. Se trata de un Centro Cultural perdido en las inmediaciones de la Colonia Doctores. Charlamos con los dueños de un puesto de libros y postales con graffitis, y sin esperarlo, la mujer comenzó a hablar de su cuenta en Twitter, ella es aficionada a la fotografia y encuentra en Twitter un medio ideal para mirar y compartir fotografías. Mi amiga mencionó a Flickr, pero la otra mujer explicó porque para ella es ideal el uso de Twitter. Después las mujeres charlaron sobre Facebook, Hi5 y MySpace, me parecía increíble escuchar estas discusiones en estos sitios, y además interesantes sobre el uso de medios y redes sociales en la vida cotidiana.
Esto no fue todo. Regresamos a casa de mi amiga para tomar un descanso y charlar en la comodidad de su hogar. Nuevamente las redes sociales surgieron en las charlas. Ninguna sabe que yo me dedico a esto y tampoco lo menciono. Simplemente estaba muy agotado por la jornada del día anterior y solo quería descansar mis adoloridos pies. Pero no dejó de sorprenderme el motivo de las discusiones. Sobre todo porque el día anterior, en una Casa de Cultura oficial del gobierno capitalino, el encargado de la misma, al preguntarle sobre su correo electrónico para mantenernos en contacto, respondió que no tenía. Nos escribió su número telefónico. Menos mal. No hace mucho he tenido amigos que renegaban del uso de teléfono móvil. ¿Para qué? Aún ahora dudo si todos mis amigos cuentan con teléfono móvil. Me parece que no. Incluso recuerdo a una escritora de novelas argentina mencionando en una entrevista que no necesitaba de teléfonos móviles. "Cuento con Tengo teléfono fijo en casa y también en mi trabajo, así es que, para qué un telefono móvil, no lo entiendo".
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